Tortuga Mediterránea
La tortuga mediterránea (Testudo hermanni), es una especie de tortuga de tierra nativa de la región mediterránea, desde España hasta Turquía. Es una tortuga terrestre, que prefiere vivir en hábitats secos y rocosos, como matorrales y zonas arbustivas.
Distribución de la tortuga mediterránea
La tortuga mediterránea se encuentra en el sur de Italia, sudeste de Francia y noroeste de España. También en las islas de Córcega, Sicilia, Cerdeña, Mallorca y Menorca
Características de la tortuga mediterránea
Antiguamente estaba dividida en dos subespecies, la occidental y la oriental. Desde el punto de vista filogenético es muy parecida a la tortuga de Horsfield. Esta tortuga se puede hibridar con la tortuga de Horsfield (Agrionemys horsfieldii) por lo que se ha visto en cautividad y su cercanía taxonómica. La tortuga de Horsfield es más especializada en excavar.
Posee una uña en la cola que está mas desarrollada en los machos. También tiene dos bandas negras sobre el plastrón. El espaldar es abovedado y no tiene espolones detrás de los muslos. La cabeza está marcada con una mancha amarilla debajo y detrás del tímpano.
Las patas son de color grisáceo, marcadas de amarillo. Los machos son muy diferentes dependiendo de la zona.
Hábitos de la tortuga mediterránea
La tortuga mediterránea vive en la garriga, la maquia y bosques claros de la zona mediterránea. Le gusta los ambientes semiabiertos donde puede encontrar la sombra y esconderse para la hibernación. Su hibernación acaba a finales de febrero y se aparea inmediatamente.
La hibernación en la Provenza comienza a mediados de noviembre, la tortuga se esconde bajo un montón de hojas, en un escondite excavado bajo un arbusto, o debajo de viejas planchas podridas. Allí pasará los tres meses de invierno y volverá a aparecer a finales de febrero o a principios de marzo, aunque existen grandes diferencias individuales. Algunos animales entran tardíamente en hibernación y salen varias veces durante el invierno, mientras que otros se esconden a finales de octubre y no salen hasta finales de marzo. Los estudios sobre la termorregulación han permitido estimar las temperaturas mínimas y máximas que puede soportar esta especie al nivel de los órganos internos , sea un mínimo de 4 C y un máximo de 35 “C. Por debajo y por encima de estas cifras, las temperaturas son letales.
¿Cuánto vive la tortuga mediterránea?
La longevidad o esperanza de vida de esta especie en su medio natural oscila alrededor de los 30 años, pero muchos individuos pueden vivir hasta 60 años y algunos llegan a ser centenarios.
¿Qué tamaño tiene la tortuga mediterránea?
Pueden crecer hasta 19 centímetros de longitud y pesar alrededor de 3 kilogramos. Las tortugas hembra dependiendo de la zona pueden alcanzar hasta los 25 cm.
¿Qué como la tortuga mediterránea?
La dieta de esta especie es herbívora en un 90 %. Le gustan los tréboles, el diente de león, el madroño, las flores amarillas y blancas, diversas plantas y hierbas de la maquia; de vez en cuando consume gusanos, caracoles, e incluso animales que encuentra muertos (lagartijas, gazapos o batracios).
En cautiverio podemos alimentar a la tortuga mediterránea con ensalada, podemos utilizar dos o tres ingredientes de los siguientes: verduras de hoja sin cortar o cortadas en trozos grandes para que las tortugas puedan morder y arrancar ellas mismas (lechugas variadas, col, lombarda, endibias, canónigos, berros, entre otras), hortalizas en trozos grandes (brócoli, calabacín, calabaza, zanahoria, judías, espárragos, pimiento rojo, entre otros) y verduras silvestres (como hojas y flores de diente de león, césped, hierba gallinera, morera, alfalfa, entre otras). Luego, podemos espolvorear el suplemento sobre la ensalada. Es importante tener en cuenta que el 80-90% de la dieta de las tortugas debe estar compuesta por verduras de hoja y verduras silvestres, mientras que solo el 10-20% debe ser de otras verduras y hortalizas. En cuanto a la fruta, se debe ofrecer solo de manera ocasional, a modo de "golosina".
Reproducción de la tortuga mediterránea
Las hembras ponen sus huevos en nidos poco profundos excavados en el suelo. Pueden poner hasta 12 huevos en un solo nido y pueden poner varios nidos durante la temporada de apareamiento. Los huevos tardan aproximadamente 90 días en eclosionar.
Las cópulas no son tan violentas como en Testudo graeca, aunque siguen el mismo ritual. En la Provenza francesa, las puestas comienzan alrededor del 15 de mayo y finalizan a principios de julio. El fotoperiodo desencadena las puestas, más que el calor ambiental. Las tortugas cavan un nido en forma de vaina de unos 6 a 10 cm de profundidad y ponen de uno a cinco huevos que miden alrededor de 3 cm.
A veces hay una segunda puesta, tres semanas después de la primera. La incubación dura unos 90 días y los nacimientos ocurren después de las lluvias abundantes a mediados de agosto o septiembre. Si las crías no emergen debido a la falta de precipitaciones importantes o a una puesta tardía, perforan su cascarón pero permanecen en la tierra y solo aparecen en la primavera siguiente. Pesan alrededor de 10 g. El éxito de las puestas en su medio natural es del 80%, pero la mortalidad de los juveniles es muy alta. Solo cuatro o cinco de cada 1000 tortugas que nacen sobreviven después de tres años.
La diferenciación sexual en esta especie es de 28,5 grados centígrados. Si se mantiene 26 grados solo se obtienen machos pero si se mantienen a 30 grados solos se obtienen hembras.
La madurez sexual de la especie comienza a los 8-12 años en los machos, y a los 10-14 años en las hembras.
Comprar tortuga mediterránea
Las tortugas mediterráneas son animales fascinantes y se han convertido en mascotas populares en todo el mundo. Sin embargo, es importante recordar que estas tortugas son animales salvajes y no deben ser sacadas de su hábitat natural. La captura y venta de tortugas mediterráneas es ilegal en muchos países y puede ser perjudicial para la población de tortugas.
Cuando compras una tortuga mediterránea es importante que los ejemplares de esta especie cuenten con la documentación necesaria que garantice su origen legal. Esto significa que deben haber nacido en cautiverio y provenir de un criador autorizado. Para vender o transferir legalmente un ejemplar de esta especie, se requieren ciertos documentos.
Cuidados de la tortuga mediterránea en cautiverio
Hábitat: Debe contar con un espacio adecuado que le permita moverse libremente. Un acuario o terrario debe tener al menos cuatro veces el tamaño del caparazón de la tortuga. Es importante que tenga un lugar donde pueda tomar el sol y otro donde pueda esconderse. Recomendado de 100 cm x 50 cm.
Agua: Para garantizar que la tortuga pueda acceder fácilmente al agua, es importante que el bebedero esté ubicado a una altura proporcional al tamaño de la tortuga. Por ejemplo, si se trata de una tortuga mediterránea de unos pocos meses, la altura del bebedero no debe ser superior a 1 cm.
Temperatura: En la zona fría, la temperatura diurna debe oscilar entre los 22 y 26ºC. En la zona más cálida, directamente bajo el foco, la temperatura diurna debe estar entre los 30 y 35ºC. Durante la noche, la temperatura puede descender a un rango de 18-24ºC y no es necesario contar con un foco nocturno.
Iluminación: Para las tortugas mediterráneas, es importante proporcionar una iluminación adecuada en su hábitat. Es recomendable contar con una fuente de luz natural, ya sea a través de una ventana o mediante luz solar directa si se encuentra al aire libre. En caso de no ser posible, se puede utilizar iluminación artificial, como lámparas UVB y UVA, que simulan la luz del sol y son importantes para la síntesis de vitamina D y el bienestar general de la tortuga. Es importante seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a la intensidad y tiempo de uso de la iluminación. Además, es recomendable contar con un ciclo diurno y nocturno para mantener el ritmo circadiano de la tortuga.
Alimentación: La anteriormente indicada.
Estado de conservación
Hasta 1976, la tortuga había sido objeto de una intensa recolección y exportación, lo que llevó a su inclusión en el Apéndice II de la CITES como medida de protección. Durante la Segunda Guerra Mundial, algunos habitantes de la Provenza la consumieron debido a la escasez de alimentos. Hasta mediados del siglo pasado, se consumía en conventos durante los días de vigilia, ya que se consideraba, junto con las nutrias, los caracoles y las ranas, como "ni carne ni pescado". Actualmente, estas tortugas mediterráneas se ven afectadas por la urbanización, la destrucción de su hábitat, la recolección y los incendios en estas regiones mediterráneas.
En la actualidad, la tortuga mediterránea solo sobrevive en una pequeña zona del centro de Var (y en Córcega), con su territorio fragmentado en España e Italia. Desde 1986, se han llevado a cabo diversas actividades para sensibilizar al público, realizar estudios y reproducir la especie en cautiverio con el fin de reintroducirla en su hábitat natural. Sin embargo, las amenazas persisten, como la urbanización en Var, que limita el espacio vital de estas tortugas, y la proliferación de tiendas de animales que las promueven como mascotas, lo que aumenta la presión comercial y las recolecciones ilegales. Es importante proteger los hábitats, realizar estudios, sensibilizar al público y concientizar a la población sobre el hecho de que son animales salvajes, no mascotas. Debido a su situación vulnerable, la tortuga mediterránea es considerada "en peligro" por el Turtle Conservation Fund.
Otros tipos de tortugas de tierra
Existen varias especies de tortugas terrestres en todo el mundo, cada una con características distintivas:
Tortuga argentina
Tortuga Estrellada
Tortuga carbonaria
Tortuga leopardo
Tortuga Mora
Tortuga de Galápagos
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